Heterotopías en red como resistencia en tiempos líquidos
En los desafíos contemporáneos para las organizaciones educativas estuvimos hablando sobre el concepto que nos propone Zygmund Bauman de la "modernidad líquida", también llamada sociedad líquida. Este término describe la sociedad actual, caracterizada por el cambio constante, la incertidumbre y la falta de estructuras estables. Quizá se entienda mejor en contraste con lo que él llama la "modernidad sólida", la del pasado, donde familia, trabajo, comunidad... ofrecían seguridad y estabilidad con reglas fijadas. En cambio, en la modernidad líquida, nada es permanente, nada ofrece estabilidad a largo plazo. Lo que lleva a que la incertidumbre domine, ya que no existen estructuras que brinden seguridad, y que la adaptación deba ser continúa. Además, el consumo y la inmediatez marcan la vida.
En educación también sufrimos esta inestabilidad moderna, que se refleja en el constante cambio de los planes de estudio y de los contenidos, sin un rumbo claro, y en profesores agotados por la necesidad de adaptarse a nuevas metodologías y tecnologías.
Ahora quiero presentaros el concepto de Heterotopía (hétérotopie) del filósofo francés Michel Foucault y que se refiere a espacios reales que existen dentro de la sociedad pero que funcionan de manera diferente a los espacios comunes. Son lugares que desafían las normas, las jerarquías y la organización tradicional del espacio. A diferencia de las utopías (un lugar ideal que no existe en la realidad), una heterotopía sí es un espacio real, pero que funciona con reglas alternativas.
En clase también estuvimos hablando sobre el desafío de la revolución tecnológica en la educación. En este sentido, con la llegada de internet y la digitalización han surgido nuevos espacios virtuales que cumplen con las características de las heterotopías. No son lugares físicos, pero sí tienen normas propias, accesos restringidos y formas de interacción que los diferencian del mundo “real”, y las llamamos heterotopías en red.
La relación entre tecnología y educación es compleja. Durante años, se nos ha presentado la digitalización como una herramienta democratizante y personalizadora para el acceso a la información (y el aprendizaje) y de conexión con un mundo que abre posibilidades ilimitadas. Pero, ¿esto es realmente así?
Cuando miramos más de cerca, nos damos cuenta de que la tecnología no solo transmite el conocimiento, sino que lo jerarquiza y finalmente lo adapta a la lógica de la inmediatez y la multitarea, convirtiéndolo en un producto fragmentado y haciendo que el aprendizaje profundo (y no cuantificable) quede excluido.
Además, si bien la digitalización promete un acceso universal, en la práctica, no todos los enfoques tienen el mismo volumen de espacio en la red. Los algoritmos priorizan ciertos discursos y ocultan otros. Así pues, la educación en el plano digital puede ser un instrumento de homogeneización, donde las visiones no-hegemónicas queden marginadas.
Asimismo, con la tecnología, en el aula, corremos el riesgo de que la educación quede fragmentada en pantallas individuales, y en la educación digital o virtual, que el profesor se convierta en un simple facilitador de contenidos y la pedagogía quede reducida a la gestión de plataformas. No podemos reducir la enseñanza a un proceso de transmisión de información.
Pero, si bien la digitalización puede ser una herramienta de control y estandarización, también puede convertirse en un espacio de resistencia y estabilidad. Las heterotopías en red nos muestran que es posible reapropiarse de la tecnología y darle otro uso. Estos espacios pueden ser pequeñas islas dentro del océano tecnológico, donde el aprendizaje sea entendido como un proceso colectivo y crítico y no sea medido por la acumulación de certificados.
Un claro ejemplo de esta resistencia es el hacktivismo educativo, que busca liberar el acceso a la información de las restricciones impuestas por las grandes corporaciones tecnológicas, pues creen que aprender no debería tener barreras. Lo hacen mediante, por ejemplo, la creación de plataformas de conocimiento abierto o en contra de las barreras impuestas por los sistemas de copyright; revindicando que la educación no sea un privilegio, sino un derecho real para todos.
Estas heterotopías en red son espacios necesarios en un sistema que tiende a expulsar a quienes no encajan y no se ajustan a su molde. Pueden ser espacios de encuentro y lucha, donde la educación sea más que un sistema, pueden ser un refugio seguro en medio del caos.
¿Qué os ha parecido? ¿Habíais escuchado este término alguna vez?
Os leo, ¡gracias por quedaros hasta aquí!
Bibliografía:
Esquirol, Josep Maria (2023). La altertopía educativa como resistencia política. Las Torres de Lucca. Revista internacional de filosofía política, 12(2), 211-218. https://dx.doi.org/10.5209/ltdl.88168
Henry A. Giroux (2011). "Education and the Crisis of Public Values: Challenging the Assault on Teachers, Students, and Public Education"
Michel Foucault (1984). "Des espaces autres" (Of Other Spaces: Utopias and Heterotopias)
Rodríguez, L. E. C., & Bossa, J. G. (2019). Virtualidad y heterotopía: formas de comprensión en la relación internet-sociedad. Episteme Revista de Estudios Socioterritoriales, 11(1), 85-95. https://doi.org/10.15332/27113833.5588
Santander Consumer. (s. f.). Hacktivismo y ciberactivismo: el cambio social en la era digital. https://www.santanderconsumer.es/simplefinance/blog/tu-futuro/ciberseguridad/post/hacktivismo-ciberactivismo-cambio-social
Sebastián Plá y Jorge Gorostiaga (2018). "Tecnología educativa y crítica: miradas latinoamericanas"
Muchas gracias por compartir este nuevo concepto de heterotopía, nunca lo había escuchado, ¡me parece muy interesante!
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias a ti por leerlo y comentar!!
EliminarMe encanta la temática de tu blog y el diseño que les has puesto. Es precioso Celia!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Berta, que ilusión!!
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