¿Vivimos en una utopía a ojos de culturas pasadas?
En todos estos periodos la escuela y su concepto ha cambiado, lo que me lleva a pensar, ¿cómo se imaginaban que sería la escuela en el futuro? ¿Cuál era su escuela ideal? ¿Era igual en todas la partes del mundo? ¿Vivimos en una utopía a ojos de culturas pasadas? ¿Tenemos hoy en día la escuela que ellos imaginaban "ideal"?
Además, me parece interesante abrir nuestra mirada y descubrir la perspectiva de otras culturas, para plantearnos la educación como algo global, más allá de las fronteras actuales, y presente en todos y en todos los lugares.
En primer lugar, quiero hablaros de La Gran Armonía (Da Tong):
La idea de la Gran Armonía (Da Tong) se enmarca en la China antigua, como una filosofía que buscaba transformar la sociedad a través de la educación y la moral, y destacan dos períodos clave. Por un lado, el período de los Reinos Combatientes (siglos V-III a.C.), esta fue una época de fragmentación política y conflictos entre diferentes estados chinos, donde surgieron varias escuelas de pensamiento, como el confucianismo, el taoísmo y el legalismo. Y, por otro lado, la Dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), donde el confucianismo se consolidó como la filosofía oficial del Estado. Fue en este período en el que se recopilaron muchos de los textos clásicos confucianos, incluyendo el Libro de los Ritos (Liji), donde aparece el concepto de Da Tong.
El concepto de Da Tong tradicionalmente podemos atribuírselo a Confucio (551-479 a.C.), filósofo y educador que sentó las bases del confucianismo, sin embargo fue desarrollado y popularizado por sus discípulos y otros pensadores posteriores, como Mencio, discípulo de Confucio que expandió sus ideas, y los compiladores del Libro de los Ritos (Liji) en el que se describe la sociedad ideal de la Gran Armonía y su visión de la educación.
Pero, ¿cuál era su visión de la educación? ¿Cómo era la sociedad ideal? ¿Cómo era la sociedad en la que ellos vivían?
En la sociedad ideal de la Gran Armonía, la educación era un derecho para todos, sin distinción de clase, género u origen, describen un mundo donde "los jóvenes son educados y los ancianos son cuidados, y todos viven en armonía" (Chinese Text Project, Liji, capítulo "Li Yun"). Principalmente, la educación en la Gran Armonía estaba orientada a mantener la armonía (he) y la paz en la sociedad y se enseñaba a las personas a cumplir con sus roles dentro de la comunidad.
Para ellos la educación en la Gran Armonía no debía limitarse a transmitir conocimientos académicos, sino que su objetivo era principal formar ciudadanos virtuosos, capaces de actuar con compasión y respeto. Para los confucionistas el hombre superior (junzi) debía cultivar primero su carácter moral antes de preocuparse por el éxito material, es por ello que la base de la educación (es decir, de la sabiduría) sería: el estudio de los clásicos y aprender a actuar con benevolencia (ren), justicia (yi) y respeto por las tradiciones.
Además del estudio teórico moral, la educación en la Gran Armonía incluía habilidades prácticas que aseguraban que todos los ciudadanos pudieran contribuir al bien común. Era importante combinar el conocimiento con la acción, ellos decían "el sabio no solo piensa, sino que también actúa" (Mengzi, capítulo 6). Lo que incluía habilidades útiles para la vida cotidiana (agricultura y artesanía) y preparación para ocupar roles de liderazgo (administración y gobierno).
Desde la Gran Armonía, seguramente se vería como un gran avance que la educación sea un derecho en muchas partes del mundo, pero quizás se decepcionarían al ver que la desigualdad sigue existiendo y que la enseñanza, por lo menos en Europa, no pone el énfasis en la formación ética. Desde la Ciudad Virtuosa, Al-Farabi valoraría nuestra educación estructurada y especializada, pero probablemente le preocuparía que el conocimiento filosófico haya quedado en un segundo plano frente a la enseñanza técnica y práctica.
Así que, a la pregunta, mi respuesta es no del todo. Quizás más que vivir en una utopía, vivimos en un mundo que ha logrado avances impensables en otras épocas, pero que sigue sin resolver muchas de las cuestiones que preocupaban a estos pensadores.
Para terminar quiero dejaros una pregunta: dentro de varios siglos, cuando estudien nuestra época, ¿nos verán como un ejemplo a seguir o como una advertencia de lo que no se debe hacer?
Espero que os haya parecido tan interesante como a mi hacerlo, ¡os leo!
Bibliografía:
Al-Farabi (2010): La ciudad ideal.
Chinese Text Project. (n.d.). Liji, Li Yun
Nizamoglu, C. (2019, 12 diciembre). Al-Farabi’s Doctrine of Education: Between Philosophy and Sociological Theory - Muslim Heritage. Muslim Heritage. https://muslimheritage.com/al-farabis-doctrine-of-education-between-philosophy-and-sociological-theory/
Superadmin. (s. f.). THE VIRTUOUS CITY OF AL-FARABI (AL-MADINA AL-FADILA LI AL-FARABI) – MUIS-Mesir. https://muis.ismamesir.net/the-virtuous-city-of-al-farabi-al-madina-al-fadila-li-al-farabi/
Me ha encantado Celia. Nunca me había cuestionado esto y me ha parecido super interesante tu reflexión!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Isa, ¡me alegro de que te haya gustado!
EliminarQué buena entrada Celia, ha sido super interesante. Solo con el título ya había captado mi atención. Es verdad que a menudo juzgamos el pasado desde nuestros ojos, pero no es común hacer una crítica de nosotros mismos tomando como perspectiva las ideas del pasado, a pesar de que puede resultar una herramienta crítica muy útil.
ResponderEliminarQuería preguntarte por qué has elegido esas dos visiones para desarrollar. ¿Ya las conocías o te han parecido interesantes investigando?
Por último, respondiendo a tu pregunta, cada vez me decepciono más con el mundo y la sociedad en general y la educación no es una excepción, por lo que quiero pensar que no seremos un ejemplo a seguir. Como con todo, hay cosas buenas y malas y es cierto que es más fácil centrarse en lo malo, pero espero que en el futuro se multipliquen las cosas buenas. ¿Qué opinas tú al respecto?
¡Muchas gracias, Javi, por implicarte en este blog y compartir tus reflexiones! Lo cierto es que no conocía ninguna de las filosofías de las que he hablado, pero por ese motivo quería investigar un poco sobre otros modos de ver la educación y la verdad que me ha resultado enriquecedor. Como tú, ¡espero que se multipliquen las cosas buenas!
EliminarMadre mía Celia...qué barbaridad ¡¡¡Me has dejado completamente alucinada!!! Me encanta que hayas investigado por tu cuenta un momento histórico que no hemos estudiado en clase, porque creo que demuestra un enorme compromiso e interés por tu parte de cara a esta asignatura (y he aprendido mucha historia contigo en esta entrada así que thank you jajaja). De verdad que he disfrutado muchísimo leyéndote, porque lo haces muy ameno y me encanta tu expresión escrita, y creo que planteas algo muy interesante que es cuestionarse si ahora realmente nos va mejor en la educación, o quizás tendríamos que poner los pies en el suelo y recuperar tendencias del pasado.
ResponderEliminarVoy a intentar contestar la pregunta del final, aunque ufff es difícil llegar a una respuesta definitiva; creo que hoy en día hemos mejorado en muchas cosas, pero voy a ser un poco pesimista y reconocer que me da pena haber perdido tanto conocimiento filosófico y moral en el colegio. Creo que eso antes era más esencial, y es una lástima que no lo sigamos pensando hoy en día. Esto creo que también lo mencionabas en tu entrada, y no puedo estar más de acuerdo porque al final ¿realmente podemos hablar de educación "utópica" sin una formación ética y humanizada para nuestros alumnos? Yo creo que no. Dicho esto, ojalá que en el futuro los docentes se queden con las partes buenas de lo que nos ha tocado vivir y - al igual que nosotros - intenten adaptarlo a sus propios contextos :)) Me voy a leer más entradas tuyas, me ha gustado mucho!!!
Wow Jimena, muchas gracias!!!!! Me alegro mucho de que te haya gustado y te haya parecido interesante, he intentado hacerlo lo más ameno y curioso posible! Muchas gracias por este comentario tan interesante y esta gran reflexión, ¡creo que tienes toda la razón!
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